Lo vemos todos los días, lo escuchamos en la televisión, lo leemos en el diario y aún así no comprendemos del todo las consecuencias del peor enemigo del planeta: el calentamiento global. Recientemente un estudio ha encendido las alarmas por el inminente aumento de las temperaturas en las próximas décadas.
El calentamiento global hace referencia al aumento de la temperatura media de los océanos y de la atmósfera terrestre. No hay que confundir el calentamiento global con el cambio climático ya que este último es una consecuencia del aumento de las temperaturas globales
La principal de sus causas es la emisión masiva de los diferentes gases de efecto invernadero o GEI que retienen el calor dentro de la atmósfera y sobre la superficie terrestre a través del denominado efecto invernadero.
El efecto invernadero es un proceso natural por el cual se produce la retención del calor procedente del Sol en la atmósfera terrestre gracias a la capa de GEI que se encuentra en ella. Estos gases en cantidades normales mantienen la temperatura del planeta aproximadamente a 33ºC por encima de la que podría tener si estos no existieran, por lo que el planeta sería demasiado frío para que se desarrollase vida en él.
Sin embargo, actualmente el efecto invernadero se está volviendo tan intenso a causa de nuestras emisiones que comienza a tener graves repercusiones en el medio. A partir de mediados del Siglo XX con la última revolución industrial, las emisiones de gases y el mal tratamiento de desechos por parte de las industrias y la sociedad de consumo, no ha hecho otra cosa que incrementar los daños. Entre los principales gases emitidos se encuentran el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano y el ozono.
Debido a la gran explotación que sufre la naturaleza y sus recursos naturales considerados una materia prima. Se utilizan fuentes de energía altamente contaminantes debido a los grandes requerimientos del gran crecimiento demográfico y económico.
Se estima que tres cuartas partes del aumento del dióxido de carbono es debido a la acción humana, siendo los responsables de los cambios de uso que se dan a los suelos y la deforestación (tala de árboles). La deforestación resulta más relevante de lo que parece, puesto que a través de la vegetación el desequilibrio provocado por estas emisiones de gases se podría equilibrar de manera natural.
Las consecuencias del calentamiento global y el cambio climático son muchas, se destacan aquellas ligadas al aumento de las temperaturas. Hoy en día existen numerosas evidencias científicas de que nuestro planeta se está calentando, mostrando cambios sin precedentes en los registros climáticos.
A lo largo del siglo XX se ha producido un aumento de la temperatura de 0,6ºC. Para los investigadores esta es la causa de que la temperatura de los océanos se elevase, provocando su expansión y el aumento del nivel del mar de 10 a 12 centímetros. Aunque parecen números insignificantes cada grado produce un desequilibrio climático colosal, desapareciendo costas o haciendo inhabitable ciertas áreas
Los cambios climáticos incluyen que aumente la frecuencia con la que se producen fenómenos meteorológicos extremos como fuertes sequías, olas de calor o lluvias torrenciales.
Otros efectos del calentamiento global son la desecación de las selvas a causa de las variaciones en el régimen de precipitaciones y el aumento del área de distribución de las zonas áridas, como los desiertos subtropicales.
El calentamiento global tiene por tanto también serias consecuencias sobre especies de fauna y flora que no son capaces de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas o que ven eliminados los ecosistemas donde habitan, lo cual provoca una aceleración de algunas de las extinciones de especies.
El acuerdo de París se trata de una alianza histórica para combatir el impacto ambiental del calentamiento global, la Argentina es un socio activo de este acuerdo y se propuso reducir significativamente sus emisiones en los próximos años para frenar la suba de temperaturas. De todos modos, las acciones siguen siendo ineficientes y muchos países, y personas, parecen no entender la gravedad del asunto.
Sin más, parece que la solución vuelve a estar en nuestras manos, en la conciencia social. Cambiando nuestros hábitos cotidianos aportamos nuestro pequeño grano de arena en frenar el deterioro del planeta.
Es por este motivo que existen proyectos como aldealia, que impulsa la vida sostenible en todos sus aspectos. Casas elaboradas con arquitectura sustentable, energías renovables, agricultura, tratamiento de aguas residuales y el bienestar mental que nos aporta estar rodeado de la naturaleza más pura y hermosa del sur Argentino, El Bolsón.