El Bolsón es hoy la estrella de los desarrollos inmobiliarios por su enorme potencial, hoy es el futuro donde todos los inversores tienen puesto sus miradas, pero ¿Cuál es su historia?
Primero fueron las tribus Tehuelches, las que habitaron hace cientos y cientos de años esta zona, después apareció el hombre blanco buscando la mítica Urbe de los Césares, que conforme ciertos historiadores hacen referencia al capitán de España Juan Fernández como uno de los primeros en llegar a la zona en el año 1620.
El poblamiento efectivo de esta zona se efectuó desde el año 1883 con la llegada de los primeros agricultores chilenos que ocuparon las tierras viajando mediante los pasos cordilleranos muy próximos a esta región; esta oleada migratoria dejó peculiaridades muy definidas en la agricultura del sitio, puesto que introdujeron los conocimientos y estilos de los poblados chilenos.
Una segunda migración se conforma por ciudadanos argentinos llegados de diferentes zonas del país entre los años 1903 a 1905.
En torno a los años treinta se traza el plano de la presente urbe y se empiezan las construcciones de calles y edificios públicos. Una esencial cantidad de extranjeros llegaron en esa temporada a instalarse en la zona, ucranianos, polacos, rusos, italianos y croatas fueron traídos por el ingeniero Alberto Pagano que los contratase como mano de obra especializada para armar toda la infraestructura del pueblo. Estos extranjeros habrían trabajado previamente en el trazado del tren que uniría la localidad de Jacobacci con SC de Bariloche.
La organización social del Ayuntamiento de El Bolsón tuvo su origen en la primera Comisión de Promuevo fundada en 1926 por el gobierno del entonces Territorio Nacional de Río Negro. Al año siguiente se crea el Juzgado de Paz.
Conforme a un Decreto -el Nª 25.574/33- del cinco de septiembre de 1933, el ejido de El Bolsón se fija en una superficie no mayor de ocho mil hectáreas.
Si bien de segunda categoría, el dieciocho de noviembre de 1957, esta localidad se declara ayuntamiento y será conducida por un comisionado municipal.
Hoy en día, la Municipalidad se halla regida por un intendente y asistida por un Concejo Deliberante de cinco miembros.
El primer trazado de El Bolsón fue aprobado por Decreto de data doce de julio de 1937 aunque padeció una modificación y recién por Ley Provincial cuatrocientos cincuenta y nueve del veintiuno de diciembre de 1965 se determinó el ejido terminante con una superficie aproximada de veinte mil hectáreas.
En los sesenta la cultura bohemia que procuraba calma y otras formas de vida, hizo su presencia en El Bolsón. Habían llegado los miembros del “movimiento hippie” procedentes de las grandes urbes, escogiendo las chacras de los aledaños para su nueva vida.
Esta inmigración le dio peculiaridades propias a la urbe, vida en comunidad, trabajo artesanal, autosuficiencia en el sustento económico, jamás vista en ninguna otra urbe del país, conformando el día de hoy su imagen especial y diferente.
En la historia de la región se amalgaman viejas leyendas a las que la fantasía de la gente fue dando sus toques característicos para nuestro regocijo. Tal es el caso de la historia de leyenda de Butch Cassidy, o bien la historia del plesiosauro que movilizó al mismísimo Directivo del Zoológico de la ciudad de Buenos Aires, en 1925, sin olvidar el legendario trencito de trocha estrecha que tanto hizo por el desarrollo de estos valles.
James Ryan no fue otro que el conocido Butch Cassidy, con un historial inusual como asaltante de bancos y trenes es Estados Unidos, había llegado en 1991, al lado de Harry y Etta Place y consiguieron la asignación de seis mil hectáreas en el Chubut.
Los 3 dieron origen a una de las leyendas más discutidas de principios de siglo, que implicó a la Patagonia, luego al interior del país y por último a Bolivia como escenario de sus actividades delictivas. La cabaña que construyeron todavía se conserva de pie.
Otro personaje que dio sitio a leyendas fue Martín Sheffield, sheriff de Norteamérica que llegó al Nahuel Huapi en el año 1889 procedente de Chile, allá trabajó con ciertos coterráneos suyos y después se estableció en El Bolsón, donde adquirió relevancia gracias a su privilegiada puntería con el revolver y su personalidad. Era un hombre ameno y apreciado en la tertulias, se casó con Maria Ancapichun, una indígena con la que tuvo doce hijos, de quienes subsiste Juana, establecida en la zona Cuesta del Ternero.
Doña Juana mantiene que vio al plesiosauro que motivó a su padre a redactar a Don Clemente Onelli, aseverando haber visto a dicho animal prehistórico en la laguna de Epuyén.